LADY DI :¿ASESINADA?
16 años después continua cuestionándose si realmente la pareja murio porque el conductor del coche había bebido o por el contrario fué una conspiración para que Lady Di no se casará.
El padre del que iba a ser su esposo, ha luchado mucho para demostrar esta última teoría.
ANA MELLADO / CORRESPONSAL EN LONDRES
Día 19/08/2013 - 09.22h
Scotland Yard analiza el testimonio de los exsuegros de un soldado británico que pudo estar implicado en el accidente que acabó con la vida de la princesa Diana en París
ABC
La amalgama de rumores, conjeturas e incertidumbre que ha circundado la muerte de la princesa de Lady Di desde aquel fatídico 31 de agosto de 1997 en el que su vida se apagaba para siempre en un túnel de París permanece inmune al paso del tiempo. A punto de cumplirse el decimosexto aniversario de su fallecimiento, Scotland Yard ha anunciado la evaluación de nueva información que podría arrojar luz a un caso que lejos de zanjarse continúa enquistado en la memoria de la opinión pública británica.
La Policía Metropolitana de Londres analiza la relevancia y la credibilidad del testimonio inédito de los exsuegros de un soldado británico, obtenido por la Real Policía Militar, según la cadena de televisión Sky News. Scotland Yard en seguida se ha apresurado a matizar que las escrupulosas investigaciones no suponen una reapertura del caso que en diciembre de 2008 atribuyó el accidente a una combinación de alcohol, antidepresivos y exceso de velocidad por parte del conductor Henri Paul, quien falleció junto a la princesa y su novio, Dodi Al Fayed.
«¿La princesa Diana asesinada por un soldado británico?»Aunque Scotland Yard en ningún momento ha querido confirmar los detalles de la investigación ni la fuente de la que procede, la noticia ha levantado una gran polvareda en las redacciones de los diarios británicos que en pleno letargo veraniego, han dado pábulo aaquellas teorías que apuntalan una posible conspiración por parte de la familia real británica y los servicios secretos británicos para librarse de un personaje nada agradable para la monarquía. «¿La princesa Diana asesinada por un soldado británico?» titulaba el «Daily Mail» nada más conocerse el comunicado de la Policía de Londres. Según «Sunday People», los suegros del soldado británico redactaron una carta de siete páginas escritas a mano señalando que el militar le comentó a su esposa que la unidad de élite del Servicio Aéreo Especial Británico estuvo detrás de las muertes.
El magnate egipcio Mohamed Al Fayed, padre de Dodi, ha sido el gran precursor de esta teoría sosteniendo en todo momento que la pareja fue asesinada en un plan urdido por los servicios secretos británicos y el duque de Edimburgo para deshacerse de la incómoda presencia de Diana. Esta versión adquirió aún más fuerza tras conocerse unas palabras escritas por la propia Lady Di y divulgadas a través de su mayordomo Paul Burrel, en las que se puede leer:«Mi marido planea un accidente de automóvil, un fallo de los frenos o heridas craneales porque así tendrá vía libra para casarse».
Lord Stevens, ex comisario jefe de Scotland Yard y encargado de la investigación, llevó sus pesquisas hasta la mismísima Clarence House e interrogó al príncipe Carlos sobre la muerte de su ex mujer. Pero el veterano policía concluyó que no había pruebas que sostuvieran la teoría de una conspiración, al igual que una investigación francesa, cuyos resultados fueron publicados en 1999 y un informe británico de 850 páginas donde se culpaba exclusivamente al chófer del coche.
Al Fayed nunca aceptó el veredicto fallado en el Tribunal de Londres y en enero de 2007 se abrió una vista, esta vez sobre la investigación judicial sobre la muerte de Diana de Gales, que tampoco aportó nada decisivo a las circunstancias del siniestro del túnel parisino del Alma, que se produjo cuando el Mercedes S280 en el que viajaban emprendía una carrera frenética por París para huir del objetivo de los paparazzi.
Diana de Gales se convirtió durante los últimos años en un personaje muy incómodo para la Familia Real británica, que contemplaba con recelo cómo su importante labor benéfica, su cercanía con la gente y su afán de mantener siempre a sus dos hijos en contacto con la realidad, situaban su carisma y popularidad muy por encima de la de otros miembros de la realeza.
Sólo las sospechas de que un militar pudo estar implicado en la muerte de Diana de Gales y Dodi Al Fayed amenazan la actual época dorada que abraza la monarquía británica, agasajada por un pueblo que ha mostrado un afecto, admiración y cariño sin parangón tanto hacia la Reina Isabel II en la celebración de sus 60 años en el trono, como hacia el matrimonio de moda, los duques de Cambridge, y el nacimiento de su primogénito Jorge.
La amalgama de rumores, conjeturas e incertidumbre que ha circundado la muerte de la princesa de Lady Di desde aquel fatídico 31 de agosto de 1997 en el que su vida se apagaba para siempre en un túnel de París permanece inmune al paso del tiempo. A punto de cumplirse el decimosexto aniversario de su fallecimiento, Scotland Yard ha anunciado la evaluación de nueva información que podría arrojar luz a un caso que lejos de zanjarse continúa enquistado en la memoria de la opinión pública británica.
La Policía Metropolitana de Londres analiza la relevancia y la credibilidad del testimonio inédito de los exsuegros de un soldado británico, obtenido por la Real Policía Militar, según la cadena de televisión Sky News. Scotland Yard en seguida se ha apresurado a matizar que las escrupulosas investigaciones no suponen una reapertura del caso que en diciembre de 2008 atribuyó el accidente a una combinación de alcohol, antidepresivos y exceso de velocidad por parte del conductor Henri Paul, quien falleció junto a la princesa y su novio, Dodi Al Fayed.
«¿La princesa Diana asesinada por un soldado británico?»Aunque Scotland Yard en ningún momento ha querido confirmar los detalles de la investigación ni la fuente de la que procede, la noticia ha levantado una gran polvareda en las redacciones de los diarios británicos que en pleno letargo veraniego, han dado pábulo aaquellas teorías que apuntalan una posible conspiración por parte de la familia real británica y los servicios secretos británicos para librarse de un personaje nada agradable para la monarquía. «¿La princesa Diana asesinada por un soldado británico?» titulaba el «Daily Mail» nada más conocerse el comunicado de la Policía de Londres. Según «Sunday People», los suegros del soldado británico redactaron una carta de siete páginas escritas a mano señalando que el militar le comentó a su esposa que la unidad de élite del Servicio Aéreo Especial Británico estuvo detrás de las muertes.
El magnate egipcio Mohamed Al Fayed, padre de Dodi, ha sido el gran precursor de esta teoría sosteniendo en todo momento que la pareja fue asesinada en un plan urdido por los servicios secretos británicos y el duque de Edimburgo para deshacerse de la incómoda presencia de Diana. Esta versión adquirió aún más fuerza tras conocerse unas palabras escritas por la propia Lady Di y divulgadas a través de su mayordomo Paul Burrel, en las que se puede leer:«Mi marido planea un accidente de automóvil, un fallo de los frenos o heridas craneales porque así tendrá vía libra para casarse».
Lord Stevens, ex comisario jefe de Scotland Yard y encargado de la investigación, llevó sus pesquisas hasta la mismísima Clarence House e interrogó al príncipe Carlos sobre la muerte de su ex mujer. Pero el veterano policía concluyó que no había pruebas que sostuvieran la teoría de una conspiración, al igual que una investigación francesa, cuyos resultados fueron publicados en 1999 y un informe británico de 850 páginas donde se culpaba exclusivamente al chófer del coche.
Al Fayed nunca aceptó el veredicto fallado en el Tribunal de Londres y en enero de 2007 se abrió una vista, esta vez sobre la investigación judicial sobre la muerte de Diana de Gales, que tampoco aportó nada decisivo a las circunstancias del siniestro del túnel parisino del Alma, que se produjo cuando el Mercedes S280 en el que viajaban emprendía una carrera frenética por París para huir del objetivo de los paparazzi.
Diana de Gales se convirtió durante los últimos años en un personaje muy incómodo para la Familia Real británica, que contemplaba con recelo cómo su importante labor benéfica, su cercanía con la gente y su afán de mantener siempre a sus dos hijos en contacto con la realidad, situaban su carisma y popularidad muy por encima de la de otros miembros de la realeza.
Sólo las sospechas de que un militar pudo estar implicado en la muerte de Diana de Gales y Dodi Al Fayed amenazan la actual época dorada que abraza la monarquía británica, agasajada por un pueblo que ha mostrado un afecto, admiración y cariño sin parangón tanto hacia la Reina Isabel II en la celebración de sus 60 años en el trono, como hacia el matrimonio de moda, los duques de Cambridge, y el nacimiento de su primogénito Jorge.
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