miércoles, 18 de septiembre de 2013

El rey de Suazilandia ha elegido a su 14ª esposa

El rey de Suazilandia anuncia que una joven reina de belleza será su 14ª esposa

Mswati III contraerá matrimonio con Sindiswa Dlamani, de 18 años, a quien eligió durante un baile

El rey de Suazilandia y la que será su 14ª esposa. / CORDON PRESS / TWITTER

En Suazilandia vuelven a sonar las campanas de boda. Mswati III, el último monarca absolutista que queda en África, ha anunciado que ha escogido a Sindiswa Dlamani, de 18 años, para convertirla en su esposa. “Puedo confirmar que el rey presentará a la nación una nueva prometida real”, ha anunciado el gobernador del palacio, Timothy Mtetwa. Y con esta ya son 14 (algunos medios sudafricanos contabilizan 15) las esposas de Mswati, de 45 años, y conocido por su estrambótica y lujosa vida, mientras los habitantes de su pequeño reino malviven en uno de los países más pobres del mundo.
El monarca presentó a la chica en el tradicional Umhlanga (conocido en inglés como Reed dance, Baile de los juncos), un festival en el que miles de jóvenes suazis bailan semidesnudas ante el monarca y en el que tradicionalmente este escogía a una nueva reina. Hace años que ya no cumple con esta costumbre. Según la prensa local, la joven lucía cañas de plumas rojas en su cabeza, un símbolo de pertenecer a la realeza. El protocolo marca que la boda solo se celebrará una vez se anuncie que la chica está embarazada.
De la joven Sindiswa poco se conoce, tan solo que el año pasado se graduó en la Escuela de Secundaria Saint Francis de Mbabane, la capital del país, y que fue finalista del certamen de belleza Miss patrimonio Cultural.
Suazilandia es un país de un 1,2 millones de personas, enclavado entre Sudáfrica y Mozambique, que fue una colonia británica hasta 1968, dejando a Mswati II al mando de una monarquía constitucional. Sin embargo, en abril de 1993 el monarca derogó toda la legislación democrática y decretó el estado de emergencia que su hijo ha mantenido.
Las organizaciones por los derechos humanos e instituciones internacionales insisten en que en Suazilandia no se respetan los derechos civiles y a pesar de que periódicamente convoca elecciones no existen partidos políticos. El país tiene el mayor porcentaje de infectados por VIH y sida, con un tercio de la población y una de las esperanzas de vida más bajas del planeta. Además, casi cuatro de cada cinco habitantes se ven obligados a sobrevivir con menos de un dólar al día. Miseria absoluta, que no ha impedido al rey amasar una fortuna personal que la revista Forbes estima en 150 millones de euros.
Cada año por su cumpleaños en abril, el rey organiza un fiestón a cargo de las arcas públicas y se regala coches y barcos millonarios, amén de celebrar por todo lo alto la efeméride. Las facturas oscilan los 300.000 euros, denuncian sindicatos y partidos ilegalizados.
Uno de esos partidos que no pueden presentarse en las elecciones es Pudemo. A través de su cuenta de Twitter, la formación ha criticado que el monarca se case con una chica 27 años menor “que podría ser su hija” y que comparte el apellido Dlamani con el monarca. “En nuestra cultura es como casarse con una hermana, una abominación. El rey es un mal ejemplo ”, cuentan.
Pero lo que realmente enfurece a Pudemo es que la ampliación del harén supondrá “para los pagadores de impuesto un enorme coste porque habrá que montar un nuevo palacio” e “inflar el presupuesto” para la casa real, en detrimento de la ya empobrecida ciudadanía.
Según Pudemo, el rey presenta ahora a su prometida para “desviar la atención” de las “falsas” elecciones del próximo domingo, en la que se renovarán las dos cámaras legislativas, con el voto de los líderes tribales. La oposición ilegalizada ha denunciado torturas, detenciones arbitrarias y agresiones a sus dirigentes.
Sin embargo, el monarca desmiente las acusaciones de sistema perverso. A finales de agosto tuvo una visión durante una “tormenta de truenos” inusual en el seco invierno austral y proclamó que en Suazilandia funciona una “democracia monárquica”. En palabras de su portavoz, el país vive un “matrimonio entre el rey y las urnas”. Con toda esta experiencia extra sensorial, Mswati aprovechará para publicar un libro explicando los entresijos de su ideología y así “ayudar al mundo”, según explica el diario Times of Swaziland.
Las violaciones de los derechos humanos no han impedido al controvertido rey a acudir como un invitado de honor a los faustos de la monarquía británica. Mswati se visitó con traje y corbata, lejos de su imagen con atuendo tribal que luce casi siempre, y viajó hasta Londres para asistir al Jubileo de la reina Isabel II y a la boda de Guillermo y Kate Middelton.
En el harén que tiene montado en Mbabane tampoco es oro todo lo que reluce. En los últimos años dos de sus mujeres han abandonado los palacios, hartas de aguantar abusos del monarca y otra fue directamente expulsada tras ser cazada en la cama con el ministro de Justicia y a la par amigo del rey. En 2002, una ciudadana denunció ante los tribunales que el rey había raptado a su hija de 14 años al salir de la escuela para obligarla a casarse. Los jueces dieron la razón al monarca, que años después se emparejó con una menor de 17 años a pesar de que él mismo había prohibido los matrimonios con menores de 18 años. Para resarcir su “delito” pagó una vaca a la familia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario